En esta entrada veremos las tradiciones mas conocidad de la ciudad de sevilla
(feria y semana santa)
SEMANA SANTA EN SEVILLA
es todo una semana completa donde salen a la calle hermandades de barrio de sevilla
desde el domingo de ramos hasta el domingo de resurecion.
aqui vermos alguna de todos los dias
:
DOMINGO DE RAMOS:
LA BORRIQUITA
LA ESTRELLA
LUNES SANTO:
SAN GONZALO
EL POLIGONO SAN PABLO
MARTES SANTOS:
SAN BENITO
LA CANDELARIA
MIERCOLES SANTO:
SAN BERNARDO
LA LANZADA
JUEVES SANTO:
LOS CABALLOS
LOS NEGRITOS
MADRUGÁ:
TRES CAIDAS DE TRIANA
VIERNES SANTO:
EL CACHORRO
LA CARRETERIA
SABADO SANTO:
LA TRINIDAD
LOS SERVITAS
DOMINGO DE RESURRECION:
EL RESUSITADO
FERIA DE ABRIL EN SEVILLA
ORIGENES :
Con la creación de las ciudades a lo largo y ancho de Europa a partir del siglo XI comienzan los negocios y mercaderías de todo tipo de artículo con el que comerciar. En cada ciudad con una asiduidad semanal o diaria hay un mercado, reunión de comerciantes, u otro encuentro comercial, y en ciudades más preparadas por su riqueza o situación estratégica se organizan las ferias. En un principio surgieron para que los comerciantes que no podían proveerse de mercancía en las cercanías pudieran hacerlo en un sitio específico y en una fecha señalada, sobre todo al por mayor.
Al ser tan numerosos los mercados y pudiesen desarrollarse con tranquilidad, hubo de hacerse un código de respeto conocido como paz de mercado otro de paz de la feria y del camino y un tercero de franquicias o privilegios, cada uno guardaba a los mercaderes según el momento en que se encontraba, ya fuera en el desplazamiento de un mercado a otro, la tranquilidad durante la estancia semanal del lugar donde le perteneciera en el momento, los hurtos, prohibición de uso de armas y otras restricciones incluidas a comerciantes.
Con el tiempo se fijaron fecha de celebraciones, siendo por costumbre de una duración semanal, se organizaron para evitar coincidencias y así poder desplazarse de un mercado a otro los vendedores: tomando como inicio las fechas del "buen tiempo" comenzaban las ferias situadas en las cercanías del Camino de Santiago adentrándose seguidamente en las ciudades de interior y el sur, para volver a terminar en septiembre nuevamente en el Camino de Santiago.
Una de las primeras ferias documentalmente conocida es la de Valladolid de 1152, creada por Alfonso VII, así como unas cuantas más iniciadas en el mismo siglo (Sahagún, Palencia, Madrid, Cuenca, Cáceres, etc.). Alfonso X, "el Sabio", constituye en Sevilla a mediados del siglo XIII, dos ferias al año (abril y septiembre) con una duración cada una de 30 días.
Como las ferias eran frecuentadas por mercaderes del exterior trayendo sus propias mercancías, se vieron en la situación de poner puertos de control estratégicos para transporte de mercancía y cobro de impuestos (aduanas). En Andalucía fueron los de Huelva, Cádiz, Vejer, Sevilla y Jerez los que se crearon.
LA HISTORIA DE LA FERIA DE ABRIL:
Los orígenes de la Feria de Abril se encuentran en el 25 de agosto de 1846 cuando Narcis Bonaplata (catalán) y José María de Ybarra (vasco) redactaron una propuesta que llevaron al Cabildo Municipal pidiendo que le autorizaran durante los días 19, 20 y 21 de Abril para celebrar una feria anual, permiso que les fue concedido después de unos "tiras y aflojas" con el alcalde Conde de Montelirio, que pensaba que ya existían otras dos ferias muy próximas, la ganadera de Mairena del Alcor (cuya Feria es la más antigua de Andalucía, desde 1441, y primera en celebrarse, una semana antes que la de Sevilla), que velarían el éxito que prometían los dos organizadores. En marzo de 1847, la reina Isabel II concedió a Sevilla el privilegio de feria, celebrándose un mes más tarde la primera de la ciudad con la duración de los tres días expresados. La reina no visitó la feria hasta pasados unos años, en 1877, siendo su acompañante el alcalde Ybarra.
El Cabildo Municipal vio que la idea del vasco y el catalán era buena y además estaba secundada por numerosos ganaderos y agricultores. Ahí es cuando comienza la primera Feria de Abril sevillana.
La primera feria ganadera se ubicó en el Prado San Sebastián, en esos tiempos este espacio se encontraba en las afueras de la ciudad, en el presente es uno de los lugares más céntricos de la capital, codeándose con la Fábrica de Tabacos (actual Universidad de Sevilla) que era el único edificio que estaba levantado por esas fechas, mucho más tarde se edificarían la Plaza de España y también se colocaría el monumento a Rodrigo Díaz de Vivar, "El Cid Campeador". Contaba con un total de 19 casetas y fue tan grande el éxito obtenido que pocos años más tarde, en 1950, hubo que separarse lo que era la mercadería del ganado y el espacio para la diversión.
LA PORTADA :
La primera portada que se levanta en la Feria data del año 1949, cada año la portada está dedicada a algún acontecimiento importante, monumento o edificio de la ciudad, pudiendo alcanzar una altura cercana a los 50 m de arcos y torres con cierto toque de arquitectura regionalista, y puede ser observada tanto de día como de noche gracias a los varios miles de bombillas que la iluminan.
LAS CASETAS :
En los primeros tiempos de la feria, al estar relacionada con la venta de ganado, lo que se calificaba de caseta era el equivalente a un establo. En la correspondiente al año 1849 el Ayuntamiento montó la primera caseta tal como se entiende el término ahora. Su estilo era el de una tienda de campaña, con la intención de vigilar y mantener el orden público, que cambió al poco tiempo debido al ambiente festivo que allí existía. Un año después se colocaron otras casetas con diversos elementos de ocio, alimenticios y otras utilidades.
LOS TRAJES TIPICOS DE LA FERIA:
Consiste en el traje típico de la ciudad, su antigüedad se remonta a los primeros tiempos de la feria, donde acudían las mujeres de los tratantes o comerciantes, muchas de la etnia gitana y también campesinas, vestían cómodas batas de faena, a las que se les añadía dos o tres volantes que con el transcurrir de los tiempos se fueron convirtiendo en moda, además de ser una prenda cómoda de llevar, realzaba el cuerpo femenino dándole un toque de sensualidad que no conseguían con otras ropas. Este hecho llamó tanto la atención que las distintas clases de alta cuna comenzaron a copiar la indumentaria a partir de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929. El traje de flamenca había dado el salto a formar parte de la moda.
Con el tiempo, aquella bata que comenzó siendo una prenda cómoda de llevar a faenar, pasó a ser el "traje de feria" para grandes y pequeñas, familias acomodadas y humildes, no había distinción de clases ni edad, y su evolución fue paralela con el resto de diseños que se actualizaban con cada época, apareciendo con distintos escotes, pelo recogido de una manera u otra, traje ceñido o más suelto, acompañándose con otros complementos como son las flores, collares, pendientes, mantones de Manila...
hombre.
mujer
LOS TOROS :
Por ser una fiesta de tradición ganadera al mismo tiempo, se celebra paralelamente y desde una semana antes del comienzo de la Feria, el ciclo taurino en la Real Maestranza de Caballería, con unos carteles en los que se dan cita los mejores matadores del momento y las mejores ganaderías españolas. Los festejos dan comienzo a las 18.30 con el tradicional paseillo a los sones del pasodoble "Plaza de la Maestranza" interpretado por la banda de música del Maestro Tejera, titular del coso del baratillo. A los toros suele acudir la gente directamente desde la feria en coches de caballos y es muy habitual encontrar entre los asistentes a muchas caras conocidas de la sociedad sevillana, andaluza y española. La plaza de toros de la Maestranza, por su historia es considerada por muchos la más importante del mundo. Un triunfo en la Maestranza, en la que hay que cortar 3 orejas para salir por la Puerta del Príncipe, encumbra al torero a lo más alto de los escalafones.
LA NOCHE EN LA FERIA:
Se inicia cuando los últimos rayos de sol acarician los techos de las casetas y los cacharritos de Calle del Infierno, cuando los caballos ya sea a solas con sus caballeros o bien enganchados a sus coches abandonan el recinto del Real para descansar de la agotadora jornada de paseo por la Feria.
Las miles de bombillas iluminan la Portada y las distintas calles invadidas por miles de personas, son alumbradas por largas tiras donde adornan los farolillos de colores y sus correspondientes bombillas.
Aquí y allí se puede uno topar con grupos improvisados de cantantes de sevillanas y bailarinas parejas que esperan con paciencia la llegada del resto de amigos con quien se han citado, para pasar una agradable noche de Feria.
Con más o menos suerte uno puede acceder a las distintas casetas para tomar unas copitas de fino o manzanilla en compañía de amigos y futuros amigos (aunque es algo que también pasa de día, en la noche tiene otra gracia) pero tampoco es necesario cruzar el umbral de la caseta para disfrutar del frescor de la bebida por antonomasia de la Feria, sólo basta tener a mano un vasito para llenar y la botella con el suministro.
Es la hora que la gente aprovecha para acercarse al recinto con más frescor, aunque hay muchos diurnos que se convierten en noctámbulos, sacando fuerzas de donde no quedan para no desperdiciar ni un solo minuto de fiesta, dejando, las mujeres, el traje típico de flamenca, aunque hay muchas que todavía tienen fuerza para lucirlo o le gusta ponérselo con las luces artificiales de las bombillas acompañado del típico "mantón de Manila" que hace juego con el traje, también para aplacar un poco la bajada de temperaturas que acompaña la oscuridad de la noche, también es típico llevar el mantón sin tener que llevar el traje de flamenca, por el hecho de darle uso a esa prenda y también para combatir el frío.
Entre bailes, cantes, charlas, bromas y conversaciones se acerca también el momento de tomar algo con lo que mantenerse en pie para continuar con fuerzas toda la noche que queda por delante, lo mejor para tomar a estas horas es el caliente "caldito" con su hierbabuena, y cenar con buenas raciones de chacinas, tortillas o platos preparados.
Las luces en las calles se desconectan a las 3:00 aproximadamente con idea de dejar trabajar a los empleados de la limpieza para que adecenten el lugar y los reponedores de material puedan acabar a tiempo su trabajo, y así, la mañana siguiente estén limpias y uniformes todas las calles preparadas para un nuevo paseo tanto de personal como caballar.
Con el transcurrir del tiempo llega el fin de la jornada o comienzo, y al mismo tiempo la hora de tomar algo con lo que ir cómodo a la cama o reconstituir el cuerpo para un nuevo día: el "chocolate" hirviendo, que se puede adquirir en alguno de los muchos puestos preparados para servirlo, ya sea con churros u otro sólido con que alimentar al cuerpo. Los rayos de sol están a punto de iluminar nuevamente el recinto.